El trágico desenlace de la pelea por el título gallo de Japón entre Kazuki Anaguchi y Seiya Tsutsumi el 26 de diciembre de 2023 ha dejado consternada a la comunidad del boxeo. Anaguchi, de tan solo 23 años de edad, perdió la vida luego de pasar 38 días en coma debido a un hematoma subdural. Después de la pelea, Anaguchi presentó problemas de coordinación y fue llevado de urgencia al hospital, donde fue sometido a una operación de emergencia. Aunque su presión arterial y otros valores mejoraron, nunca recuperó el conocimiento.
La pelea tuvo lugar en el Ariake Arena de Tokio y contó con la participación estelar de Tsutsumi, quien defendía su título por cuarta vez. A lo largo de los diez rounds, Anaguchi cayó en varias ocasiones y mostró problemas físicos evidentes. A pesar de saludar a su oponente al final del combate, su estado empeoró rápidamente una vez en su rincón.
El trágico desenlace adquiere un mayor dramatismo debido a que el combate fue seleccionado como la «mejor pelea del año» por la Comisión Japonesa de Boxeo (JBC), apenas horas antes de que Anaguchi falleciera. Tsutsumi, aún ajeno a la noticia, reaccionó con sorpresa y expresó su deseo de que Anaguchi se recuperara algún día para poder recordar la pelea juntos.
Anaguchi, originario de la ciudad de Kishiwada en Osaka, dejó atrás una hija de un año de edad y estaba ahorrando dinero para realizar un viaje en familia. Comenzó su carrera en el boxeo desde muy joven e incluso intentó clasificar para los Juegos Olímpicos de Tokio, pero no logró superar la fase clasificatoria. Tras un récord amateur de 68 victorias y 8 derrotas, decidió dar el salto al boxeo profesional en julio de 2021, acumulando desde entonces cuatro victorias consecutivas.
La JBC informó que esta es la primera muerte en un combate por el título japonés desde 2009. Anaguchi ocupaba el tercer puesto en la división de peso gallo en Japón. Su trágico fallecimiento ha conmocionado a la comunidad del boxeo y ha generado debate sobre la seguridad y las medidas de prevención en este deporte.