Conoce a «Los Tinterillos»: abogados sin título que resuelven trámites en Colombia

En medio del bullicio del centro de Bucaramanga, un hombre sentado detrás de un escritorio improvisado se dirige a una mujer preocupada por una transacción de 30 millones de pesos. Con una máquina de escribir antigua y una pila de documentos frente a él, el hombre le informa a la mujer sobre la posibilidad de obtener un descuento en impuestos gracias a una ley vigente. La mujer, aliviada, agradece al hombre por su ayuda.

Este intercambio es común en Bucaramanga, donde los «tinterillos» han estado presentes durante décadas para ayudar a las personas con sus trámites ante el Estado. Roberto Sanguino, uno de estos tinterillos, explica que esta tradición existe desde la época colonial y ha perdurado hasta el día de hoy. Sanguino, quien comenzó a trabajar como tramitador hace 30 años, logró graduarse de abogado en 2020.

Aunque los tinterillos han desaparecido en ciudades como Bogotá y Medellín, debido al avance de la tecnología y la digitalización de los trámites, en Bucaramanga siguen siendo una presencia constante. A pesar de los intentos infructuosos de la Alcaldía de sacarlos de las calles hace 10 años, los tinterillos continúan brindando sus servicios a los ciudadanos.

La figura del tinterillo ha sido fundamental en la organización y administración del territorio colombiano desde la época colonial. Los abogados y gestores de burocracia han desempeñado un papel importante en el desarrollo del país, especialmente durante la Independencia. Según Emilio Arenas, sociólogo e historiador de Bucaramanga, los tinterillos eran considerados como médicos familiares que tenían la capacidad de comprender los dilemas de la ciudadanía.

A diario, los tinterillos se reúnen en la Carrera 14 con Calle 36 del centro de Bucaramanga, cerca de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN). Ofrecen una amplia gama de servicios, desde contratos y escrituras hasta declaraciones de impuestos. Aunque su trabajo a veces es malinterpretado, los tinterillos aseguran que todas sus gestiones son legales.

Valentina Pellegrino, antropóloga especializada en el Estado colombiano, señala que los tinterillos son una respuesta a la complejidad y opacidad del sistema burocrático del país. El Estado utiliza lenguajes y procedimientos difíciles de comprender para otorgar derechos y demandas a la población, lo que genera confusión y desinformación. Los tinterillos, con su conocimiento empírico, son capaces de guiar a las personas a través de este laberinto burocrático.

Aunque el Estado colombiano puede ser considerado como burocrático, los tinterillos creen que, si se conocen los procedimientos adecuados, puede ser un buen mecanismo para garantizar derechos. Asdrubal Velasco, uno de los tinterillos de Bucaramanga, incluso propone que sean declarados patrimonio inmaterial de Colombia.

En resumen, los tinterillos de Bucaramanga continúan siendo una ayuda invaluable para los ciudadanos en sus trámites ante el Estado. A pesar de los avances tecnológicos, su conocimiento empírico y su capacidad para navegar por la burocracia siguen siendo indispensables en una sociedad donde la complejidad y opacidad del sistema pueden dificultar el acceso a los derechos y beneficios.

Lntt / Agencias

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