El acceso a la educación se mantiene como uno de los principales desafíos para la inclusión de la niñez migrante venezolana en los tres principales países de acogida de la región: Colombia, Ecuador y Perú.
Esa es una de las conclusiones de un informe elaborado por Plan Internacional y el Grupo Regional de Educación (Grelac) que difundieron este martes en conmemoración del Día Mundial del Refugiado.
La oficina en Quito de Plan Internacional (PI) señaló que el estudio se basa en una muestra estadística recogida entre octubre y noviembre del año pasado. Esta contó con 2.027 observaciones efectuadas en 13 municipios de Colombia, 6 distritos en Perú y 8 cantones (municipios) en Ecuador.
El estudio reveló que 35,9% de hogares encuestados consideraron difícil matricular a los niños migrantes; de los cuales 79,5% identificó como el principal obstáculo a los requisitos de documentación exigidos por los establecimientos educativos.
Además, 26,4% de los hogares estudiados consideró que era difícil para sus hijos continuar en la escuela debido a problemas económicos; dificultades para encontrar cupos escolares, obstáculos con la documentación migratoria y falta de conocimiento sobre los sistemas educativos locales.
En el caso de las niñas migrantes o refugiadas, otro obstáculo tiene que ver con la violencia de género a la que están expuestas, lo que les obliga a la deserción o a las faltas repetitivas a clases.
Ello conlleva una baja en el rendimiento y a generar traumas físicos y emocionales; aunque también hay otros factores: muchas de ellas están abocadas a cuidar a hermanos menores, embarazos tempranos o falta de recursos para la gestión menstrual, según la investigación.
La directora de PI para la subregión, Verónica Zambrano, aseguró en el informe que la educación para la niñez refugiada es un derecho humano fundamental que salva vidas, promueve la prosperidad económica, y fortalece valores como paz, empatía, igualdad de género, desarrollo sostenible y cuidado del entorno natural.
(LNT/El Nacional)