La cocaína que fue encontrada en la Casa Blanca, residencia del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el pasado mes de julio pertenecería a alguien de la órbita de la familia presidencial, según informó este martes la revista Soldier of Fortune, que cita fuentes de seguridad enteradas de las investigaciones del caso.
El hallazgo tuvo lugar el pasado 2 de julio y fue confirmado unos días después por el Servicio Secreto, encargado de la seguridad de las autoridades del Estado.
Inicialmente se creyó que la sustancia podía ser peligrosa y se ordenó una evacuación, puesto que normalmente los servicios de seguridad tratan como posibles ataques químicos o bacteriológicos cualquier sustancia en polvo sospechosa recibida por correo en edificios oficiales.
Pero el Servicio Secreto confirmó esa misma semana que la sustancia en polvo blanca encontrada el domingo en la famosa ala oeste de la Casa Blanca era cocaína.
El hallazgo provocó una oleada de especulaciones en los medios de comunicación estadounidenses sobre quién podría haber dejado la droga.
La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, sugirió en una rueda de prensa que la droga podía pertenecer a un visitante porque fue encontrada en una «zona muy transitada» donde se realizan «tours».
Pero varias personalidades, sobre todo de la derecha del país, apuntaron con el dedo al hijo del presidente, Hunter Biden, con un pasado empañado por el alcoholismo y la adicción a las drogas.
No obstante, pese a las especulaciones, el Servicio Secreto cerró la investigación el pasado 13 de julio sin identificar al dueño de la droga. Según las autoridades, pese a la revisión del registro de visitantes y de las cámaras de seguridad, no había pruebas para poder dar con el responsable.
Según la revista, las fuentes aseguran que tanto el servicio encargado de la seguridad como el presidente Biden tienen conocimiento sobre quién era el dueño del paquete de cocaína encontrado.
Fuente: Agencias