FMI alerta sobre el impacto del gasto fiscal de EE.UU. en la estabilidad mundial

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha emitido una advertencia sobre las implicaciones del gasto gubernamental de Estados Unidos en la estabilidad financiera mundial.

Un informe destaca un incremento preocupante en el déficit presupuestario federal de EE.UU., que escaló de 1,4 billones de dólares en el año fiscal 2022 a 1,7 billones en el último año.

El documento señala que, si bien los resultados económicos de Estados Unidos han sido notables y han contribuido significativamente al crecimiento global, también reflejan una fuerte demanda impulsada por políticas fiscales que podrían no ser sostenibles a largo plazo.

El FMI advierte que esta situación podría generar riesgos inminentes para el proceso de desinflación y, a largo plazo, amenazar la estabilidad fiscal y financiera a nivel internacional, potencialmente elevando los costos de financiamiento a nivel mundial.

El informe sugiere que “algo tendrá que ceder”. Esta declaración resuena en el contexto de la deuda nacional de EE.UU., que alcanzó un récord histórico de 34 billones de dólares a finales de diciembre, solo tres meses después de superar los 33 billones.

Este aumento se atribuye a la disminución de los ingresos fiscales combinada con un aumento en el gasto federal.

Frenar el gasto

El FMI exhortó a los países para que acometan ajustes decididos en sus presupuestos, que permitan sanear los elevados niveles de déficit y de deuda pública heredados de la pandemia y de la posterior crisis de inflación.

“Muchos países necesitan ajustes fiscales mayores que los previstos actualmente para salvaguardar la sostenibilidad fiscal y reconstruir las reservas”, sostiene el informe ‘Monitor fiscal’, publicado por el FMI este miércoles, antes de admitir que el ‘gran año electoral’, con elecciones generales en 88 países, constituye “el riesgo más grave” para las finanzas públicas globales.

“Los gobiernos deberían eliminar de inmediato los legados de la política fiscal de la era de la pandemia, incluidas las medidas para compensar los altos precios de la energía, y aplicar nuevas reformas para frenar el aumento del gasto”, afirma el organismo.

Las proyecciones que realiza el FMI no son tranquilizadoras. En ausencia de los ajustes requeridos, el FMI prevé que el déficit público global (del 5,5% del PIB mundial en 2023), aún se mantendría en un elevado 4,3% del PIB en 2029 (por encima del 3,6% previo a la pandemia) y que la deuda pública -del 93,2% del PIB en 2023- escalaría hasta rozar el 100% en 2029 (98,8%), impulsada por algunas de las economías más grandes, como EEUU, China, Italia o el Reino Unido. En 2019, la deuda pública mundial se situaba en el 84,2% del PIB global.

Con información de El País

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