La Policía de Dublín (Irlanda) advirtió este viernes 24 de noviembre que pueden registrarse nuevas protestas en la ciudad, tras una noche de movilizaciones violentas, que terminó con la detención de 34 personas implicadas.
En las primeras horas de este viernes, la Policía custodiaba las tiendas saqueadas y los bomberos apagaban los vehículos humeantes en el centro de la ciudad capital, después de horas de disturbios. El comisionado de policía, Drew Harris, aseguró que se esperan más arrestos de personas involucradas en los enfrentamientos.
“Los involucrados avergonzaron a Dublín, avergonzaron a Irlanda y avergonzaron a sus familias y a ellos mismos”, afirmó en las últimas horas el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, durante una conferencia de prensa.
Los disturbios, los peores de los últimos años en Dublín, según las autoridades, se registraron el jueves 23 de noviembre después de que cinco personas, incluidos tres niños y una mujer, resultaran heridos, algunos de gravedad tras un apuñalamiento registrado en Parnell Square East, en el centro-norte de la ciudad.
De acuerdo con las autoridades, tras el ataque, grupos antiinmigrantes se concentraron cerca del lugar, junto a la calle principal O’Connell Street, y poco después comenzaron los ataques contra la Garda, la Policía nacional de Irlanda, con botellas, fuegos artificiales y otros artefactos.
Inmediatamente después de la agresión se expandieron especulaciones en la ciudad de que el responsable sería extranjero. Sin embargo, la Policía no ha comentado sobre la nacionalidad de un hombre detenido como sospechoso de propinar los apuñalamientos.
Las autoridades responsabilizan a agitadores de extrema derecha por iniciar la violencia después de que un pequeño grupo de manifestantes antiinmigrantes llegara al lugar de la agresión y se enfrentaran a las fuerzas del orden.
“Como país necesitamos recuperar Irlanda. Necesitamos arrebatársela a los acobardados que se esconden detrás de máscaras y tratan de aterrorizarnos con su violencia (…) Necesitamos recuperar Irlanda de los inescrupulosos que se aprovechan de los miedos de aquellos que fácilmente se ven arrastrados a la oscuridad. Y necesitamos recuperar Irlanda de los criminales que buscan cualquier excusa para desatar el horror en nuestras calles”, sostuvo el premier irlandés en una emotiva declaración.
Los desórdenes se extendieron por Dublín y una multitud de jóvenes quemó vehículos policiales y autobuses. A ello se sumó el saqueo de varias tiendas del centro y un ataque contra la entrada de un centro comercial. Un autobús de dos pisos fue incinerado totalmente frente a la estatua de Daniel O’Connell y las ventanas de un hotel Holiday Inn y un restaurante McDonald’s cercanos fueron destrozadas.
Las protestas se mantenían hacia la medianoche y provocaron el cierre de varias calles y la suspensión de varias rutas de transporte público, aunque la Policía estaba retomando el control paulatinamente.
El presidente irlandés, Michael D. Higgins, manifestó su preocupación por las víctimas del “horroroso” apuñalamiento múltiple y reconoció la labor de la Policía durante los disturbios.
“Este atroz incidente está en manos de la Garda y es reprobable y condenable el hecho de que sea utilizado por grupos con una agenda que ataca el principio de inclusión social, y merece la condena de todos aquellos que creen en el Estado de derecho y la democracia”, agregó Higgins.
LNT / France24
