El expresidente Alberto Fujimori, de 85 años, salió este miércoles de prisión luego de que el Tribunal Constitucional de Perú ordenara su libertad inmediata un día antes. Preso desde 2007, fue condenado por varios delitos, entre ellos los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta cometidos durante su Gobierno (1990-2000), lo que le significó una pena de 25 años de cárcel.
Fujimori dejó la prisión alrededor de las 6:30 p.m. (hora local). Abordó un automóvil gris, en medio de decenas de policías, periodistas y otros ciudadanos. Posteriormente, llegó a la casa de su hija Keiko Fujimori, quien junto a su hermano Kenji dio declaraciones a los medios fuera de su residencia.
«Hoy finalmente tenemos a nuestro padre en casa», empezó Keiko Fujimori. «Como es de público conocimiento su salud es frágil. Y para nosotros, la familia, lo más importante en este momento es cuidarlo, es hacer que poco a poco se recupere», añadió. Además, agradeció «a todas las autoridades que hoy permiten que nuestro padre esté en casa».
La organización Human Rights Watch emitió este miércoles una declaración en la que asegura que «conceder un indulto humanitario a Fujimori podría ser compatible con estándares internacionales de derechos humanos siempre que no recibiera un trato especial y su liberación fuera el resultado de una determinación médica independiente, exhaustiva y concluyente que estableciera la gravedad de su estado de salud»; sin embargo, «el indulto humanitario de Kuczynski no cumplió con esos criterios», por lo que considera que la liberación del expresidente «viola el derecho internacional».
La salida de prisión de Fujimori ocurre debido a que la sentencia del tribunal constitucional ratifica a un fallo anterior de la misma corte, emitido en marzo de 2022, en el que se restituían los efectos del indulto humanitario otorgado a Fujimori en diciembre de 2017 por el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski, que la Justicia peruana dejó sin efecto un año después, tras lo cual Fujimori regresó a prisión.
El martes, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pidió a Perú no liberar a Fujimori, con el argumento de que esto afectaría el derecho a la justicia de las víctimas de los casos Barrios Altos y La Cantuta.
Alberto Fujimori, hijo de inmigrantes japoneses, fue presidente de Perú entre 1990 y 2000. El mandatario renunció a la presidencia vía fax en el año 2000 luego de hacerse públicos los escándalos de corrupción a través de los conocidos ‘vladivideos’, una colección de videos caseros elaborados por su asesor Vladimiro Montesinos, que hicieron caer a Fujimori tras una década en el poder.
A su mano fuerte se le atribuye la derrota de los terroristas de Sendero Luminoso que desestabilizaron al país, y sus austeras políticas económicas que frenaron la hiperinflación. Sin embargo, el expresidente también tiene una mancha de autoritarismo y usó a las fuerzas de seguridad para reprimir a sus oponentes.
En 2009, un tribunal especial de la Suprema Corte de Justicia lo condenó a 25 años en prisión por crímenes contra la humanidad. Esto incluye «su rol en la ejecución extrajudicial de 15 personas en el distrito de Barrios Altos de Lima, la desaparición forzada y el asesinato de 9 estudiantes y un profesor de la Universidad La Cantuta, y dos secuestros», según relató Human Rights Watch en julio pasado.
(LNT / CNN / EFE)