Un informe de la Organización No Gubernamental (ONG) Mulier Venezuela, denominado Libres y Seguras 2022, constató que 1 mil 390 venezolanas fueron rescatadas de redes de trata de personas durante 2022, de las cuales 284 de ellas eran niñas y adolescentes.
El reporte detalla que las modalidades de trata mantienen la tendencia de años anteriores, donde la mayoría de los casos son con el fin de explotar sexualmente a las víctimas.
La identificación de los casos de 2022 inició con el feminicidio de Sarai Colmenares, una niña venezolana de 12 años se vio obligada a migrar a Colombia, donde fue torturada y abusada sexualmente por un hombre de 28 años.
El cuerpo de la joven oriunda de Valera, estado Trujillo fue hallado en una habitación en Risaralda desnudo, con signos de tortura y abuso sexual. No asistía al colegio y su caso se relaciona con redes de trata según medios de comunicación colombianos.
El informe revela que la explotación sexual toma mayor fuerza en el ciberespacio y prácticas como el modelaje webcam, seguido de la mendicidad y la trata con el fin de explotación laboral.
La investigación precisa que en el país hubo unos 12 casos de identificación de situaciones de trata.
Mulier informó que de las 60 venezolanas rescatadas en el 2022, el 30 % eran niñas y adolescentes. De las personas detenidas por su relación con los diferentes casos, 68 % son hombres y 42 % mujeres.
A finales de julio del 2022 Remigio Ceballos, actual Ministro del Interior y Justicia, notificó en su cuenta de X (antes Twitter) que se desmantelaron 11 bandas dedicadas a la trata con unas 42 personas rescatadas, sin especificar su género o la fecha de los operativos.
Por su parte, Daniella Inojosa, antropóloga, activista y directora de la ONG Tinta Violeta, apuntó que las mujeres venezolanas que han migrado no son más vulnerables que otras latinoamericana o africanas en la misma situación.
A su juicio, cuando se sexualiza a las mujeres por su nacionalidad u otras razones, corren un mayor riesgo por las características que se les atribuyen, como el ser más bellas.
Precisa que en el caso de las venezolanas y las colombianas, los concursos de belleza y una cultura de la belleza como valor social, desgraciadamente determinan su valor en el “macabro” mercado de la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual.
“Cuando juntamos esto con la realidad a la que se enfrentan las mujeres migrantes, entonces son presa fácil de proxenetas y tratantes, detalló.
Indicó que en el caso de las mujeres que son captadas en el país, apuntó que los casos responden a dos factores, como son la crisis económica y la idea de la migración como solución a los problemas para un sector más joven en la población.
Fuente: El Carabobeño