El Gobierno de Cuba ha implementado una medida de ahorro energético desconectando el 74% del alumbrado público debido a la escasez de combustible, según informes oficiales. Esta acción se lleva a cabo desde finales de 2023 como respuesta a la profunda crisis que atraviesa el país caribeño, caracterizada por el desabastecimiento de bienes básicos y los apagones por falta de combustible.
Vicente de la O Levy, Ministro de Energía y Minas, reveló durante el último Consejo de Ministros que en el trimestre pasado se logró un ahorro del 7% gracias a la implementación de diversas medidas de ahorro energético. Entre ellas se encuentra la paralización de más de 120.000 «servicios» durante los horarios de mayor consumo eléctrico, la desconexión de equipos de clima no tecnológicos y el ajuste de los horarios laborales de casi 70.000 trabajadores estatales. Además, se ha desconectado el alumbrado público en tres cuartas partes del país.
Aunque no se especifica cuándo se comenzaron a aplicar estas medidas, el primer ministro, Manuel Marrero, ha instado a aprovechar todas las reservas existentes en cuanto al ahorro de electricidad y combustible. La infraestructura eléctrica de Cuba se encuentra en una situación precaria, con sistemas de generación y distribución obsoletos, un déficit crónico de mantenimiento e inversiones, y dificultades financieras para adquirir combustible del extranjero.
Es común que las centrales termoeléctricas cubanas presenten fallos y paros, ya que en promedio tienen unos 40 años de funcionamiento, superando su vida útil programada. A pesar de haber experimentado una situación favorable a finales de 2023, desde enero de este año se han vuelto a producir cortes en el suministro eléctrico, afectando entre el 20% y más del 30% del territorio de la isla.
Según la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE), para este martes se pronostican apagones en el 37% de la isla durante la tarde y noche, conocido como «horario pico». Se espera una capacidad máxima de generación eléctrica de 2.040 megavatios (MW) y una demanda máxima de 3.150 MW, lo que representa un déficit de 1.110 MW y una afectación de 1.180 MW, es decir, los circuitos que se desconectarán.
En lo que va del año 2024, el mayor nivel de afectación se registró el 13 de febrero, cuando el 45% de la isla sufrió apagones.